Dependiendo de dónde vivas, puede que ya estés sintiendo los efectos del calor del verano. Si entrenas al aire libre, quizás te preguntes si deberías adaptarlo para adaptarlo al calor que se avecina. Pero ¿significa eso que te estás rindiendo ante el clima? ¿Acaso no sacarás el máximo provecho de tu entrenamiento si lo haces en condiciones más duras? Quizás, pero si la temperatura sube y no estás preparado, podrías estar perjudicando tu rendimiento. Aquí te explicamos por qué deberías seguir algunos pasos básicos para cambiar tu entrenamiento cuando el termómetro suba este verano .
¿Por qué hacer un cambio? Incluso si estás en tu mejor momento, un cambio drástico de temperatura puede afectar tu entrenamiento . Entrenar en un ambiente caluroso al que no estás acostumbrado aumentará la temperatura corporal central. Este aumento puede reducir la capacidad de resistencia de tus músculos, aumentar la dependencia de tu cuerpo de los carbohidratos como combustible y comprometer aspectos de tu función cardiovascular.
Entonces, ¿qué debes hacer? Tienes que darle tiempo a tu cuerpo para que se aclimate al calor, y una vez que lo haga, podrás entrenar con más intensidad y eficacia. Esto no significa que tengas que cambiar por completo tu entrenamiento, pero hay algunas maneras fáciles y efectivas de aclimatar tu cuerpo.
- En lugar de correr en la cinta, cambia el horario de tu entrenamiento a la mañana o a la tarde, cuando las temperaturas no son tan extremas. Si no puedes cambiar el horario, reduce la duración o la intensidad hasta que tu cuerpo se acostumbre al calor. Incluso puedes probar con pequeños detalles como elegir una ruta para correr con mucha sombra en la acera. La mayoría de las personas deberían acostumbrarse al calor después de una o dos semanas de entrenamiento.
- Beber más líquidos también es clave. Asegúrate siempre de beber agua antes, durante y después del entrenamiento. Bebe líquidos incluso cuando no tengas sed, y prueba a beber poco a poco, en lugar de varios vasos grandes de agua.
- Recuerda también tener en cuenta la humedad de la zona donde entrenas. Un ambiente húmedo impide que el sudor se evapore de la piel, que es precisamente lo que nos refresca, no la sudoración en sí. Así que, si vives en una zona conocida por su humedad, no olvides comprobar el índice de calor para ver si es seguro entrenar al aire libre a esa hora.
Como dijimos antes, tu entrenamiento será más fluido si le das tiempo a tu cuerpo para que se adapte al calor. Intentar exigirte demasiado y mantener la misma rutina cuando las condiciones cambian solo interrumpirá tu entrenamiento e incluso puede ser peligroso.
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