Probablemente hayas practicado yoga, pero ¿alguna vez has probado el Hot Yoga? El Hot Yoga añade un nuevo nivel de dificultad, además de beneficios como la desintoxicación, la flexibilidad, la relajación y mucho más. Si nunca has probado el Hot Yoga y quieres intentarlo, aquí tienes algunos consejos para prepararte.
Modo de preparación:
Hidrátate, hidrátate, hidrátate. Podrás beber mientras estés en clase, pero es importante que ya estés hidratado antes de entrar al sauna. Si sueles comer algo antes de entrenar, sigue haciéndolo para no marearte mientras entrenas.
Qué ponerse:
Cuanto más ajustada, mejor. Usa telas de la familia del spandex o similares. Cuando tu ropa se sienta como una segunda piel, ni siquiera notarás que está mojada y podrás concentrarte más en tu práctica o en las posturas.
Qué llevar:
Una botella de agua. La mayoría de los estudios tienen todo lo necesario para alquilar.
Qué esperar:
Estarás haciendo yoga a una temperatura de 90 a 105 grados y vas a sudar.
Cómo recuperarse:
Al terminar la clase, siéntate afuera y deja que tu temperatura corporal baje. Date un capricho con una ducha fría y bebe al menos 900 ml de agua y electrolitos. Consejos: Si bien el hot yoga es ideal para algunas personas, puede que no sea el ejercicio adecuado para ti.
- Tu temperatura corporal aumenta y puedes estirarte más profundamente en las posturas, pero es importante no forzarte demasiado. Podrías lesionarte si te fuerzan en posturas que sobrecargan las articulaciones.
- A medida que sudas, las vitaminas salen de tu cuerpo dejándote deshidratado.
- Tener que concentrarse en la respiración y el equilibrio lo hace más difícil.
- El yoga caliente puede provocar mareos y náuseas.