Hay ciertas razones por las que podrías querer cambiar tu rutina de ejercicios. Cambiar tus rutinas con demasiada frecuencia puede hacer que nunca obtengas los beneficios del cambio. La mayoría de las rutinas te proporcionarán los beneficios deseados, y los cambios no siempre son necesarios. Sin embargo, hay momentos en los que un cambio es necesario, como:
1. Cambias tus objetivos.
Por ejemplo, si inicialmente tu objetivo era perder grasa, ahora quieres ganar músculo. Añadir entrenamiento con pesas y sustituir algunas, pero no todas, tus rutinas de ejercicio aeróbico te ayudará a empezar a ganar músculo.
2. Te estás aburriendo de tus rutinas.
Si te estás aburriendo y eso afecta tu motivación para hacer ejercicio y entrenar, un cambio podría ayudarte a revitalizarla. Te recomendamos trabajar con un entrenador profesional para crear nuevas rutinas que sigan abordando tus metas y objetivos.
3. Has llegado a una meseta y tus rutinas ya no funcionan.
Cabe mencionar, si estás empezando, que el cuerpo tarda más en adaptarse, por lo que es fundamental esperar un periodo más largo, de unos dos meses, antes de hacer cualquier cambio. Si llevas más tiempo entrenando y tu cuerpo y músculos se han adaptado a tu rutina, podría ser el momento de considerar un cambio.
4. Ha ocurrido algo que requiere un cambio.
Es posible que te hayas lesionado, que tu horario haya cambiado o que el clima haya cambiado, etc., lo que te obligó a modificar tus rutinas. Por ejemplo, sufriste un accidente y te fracturaste una pierna. Como resultado, no podrás realizar algunas de tus rutinas hasta que tu pierna sane, pero deberías buscar otras que puedas hacer hasta que sane.
Estas son las cuatro razones más comunes por las que deberías cambiar tu rutina de ejercicios. Para la mayoría de las personas, no debería ser necesario hacer cambios a menos que su razón se encuentre dentro de uno de estos parámetros. Más bien, debes ser paciente y perseverar en lo que estás haciendo, siempre y cuando funcione y te ayude a alcanzar tus objetivos. Recuerda que los cambios suelen ser sutiles, por lo que puede que no parezca que estás obteniendo ningún beneficio de tus rutinas actuales, cuando en realidad sí lo están.
Un consejo útil es usar una cinta métrica de tela o papel y registrar diferentes medidas corporales semanalmente, como caderas, cintura, pecho, etc. Te sorprenderán los cambios que notes al tomar las medidas. Además, nunca, bajo ninguna circunstancia, bases tu progreso únicamente en tu peso, ya que la grasa pesa menos que el músculo. A medida que tu cuerpo empieza a perder grasa y a ganar músculo, tu peso puede aumentar.
Además, es muy recomendable cambiar tus hábitos alimenticios y dieta para complementar tus objetivos de ejercicio y entrenamiento con pesas. Tu cuerpo necesita nutrientes, energía y otras vitaminas adicionales durante tus rutinas. Por eso, muchas personas consumen barritas energéticas , barritas proteicas y otros productos similares, y los incorporan a su rutina diaria.
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